Una vez más, a San Martín se le escapó la tortuga. El partido frente a Guillermo Brown era una gran chance para recortar distancias con Quilmes y, sobre todo, hacer valer el punto conseguido en San Juan. En los papeles, la “banda” era un rival de la zona baja, sin una identidad de juego definida y con una defensa endeble; atributos que llevaban a pensar que sería una presa fácil para el “santo”. Pero Diego Flores y sus pupilos volvieron a pisar en falso y siguen siendo un equipo irregular.
Esta calificación no solo se restringe a la cosecha de puntos. Si bien no perdió, consiguió dos empates consecutivos que lo alejaron del líder de la zona. Pero lo más preocupante es la inconstancia en el juego. Claro, San Martín no encontró los métodos efectivos para quebrar la valla de Brown, equipo que no lograba mantener el arco en cero desde la fecha 3 frente a Güemes.
A diferencia de lo que pasó frente al ‘verdinegro’, Brown fue un equipo que no peleó la posesión del balón. Tampoco fue que Arnaldo Sialle planteó un partido de igual a igual, sino que compuso un bloque defensivo sólido que mantuvo el orden en todo momento. Una fórmula sencilla que le permitió llevarse un punto de La Ciudadela y a la que San Martín no le encontró respuesta en todo el partido.
Claro, el “santo” tuvo un rendimiento decreciente en todo el partido, es decir, de mayor a menor. En los primeros minutos, el equipo de Flores parecía que se llevaba el partido por delante y se mostró muy superior a su rival. Con varios centros al área, San Martín parecía acorralar a su adversario, que no se sentía cómodo en ninguna faceta. Incluso, Junior Arias tuvo la chance de abrir el marcador de cabeza, oportunidad que fue tapada por el arquero Matías Soria. Sin embargo, la imprecisión y la desesperación provocaron una escasez de ideas que terminaron por desinflar a San Martín.
En este sentido, Juan Cuevas no completó un gran partido y estuvo lejos de ser determinante en los últimos metros. En concreto, el ex Everton de Chile no conectó ni con Iván Molinas, ni con Arias, y mucho menos tomó las riendas del equipo. Solo lanzó un remate de media distancia que fue controlado por Soria. Tal fue la ausencia de su juego que el “santo” no contó con un organizador a la hora de atacar; aspecto que es crucial para comprender las pocas ocasiones generadas por San Martín.
Molinas tampoco pudo hacer la diferencia. El misionero no gravitó a la hora de generar juego y se fue pinchando con el paso de los minutos. Así, ninguno de los volantes creativos pudo filtrar pases para los delanteros, que tuvieron una escasez de oportunidades frente al arco de Matías Soria. Como consecuencia, el “santo” no fue un equipo profundo en los últimos metros, siendo un déficit que arrastra en gran parte del campeonato.
La banda derecha tampoco tuvo un gran partido. Pese a los esfuerzos de Lautaro Fedele y Gonzalo Bettini por sorprender por este sector, la falta de lucidez y la baja de rendimiento hicieron que finalicen de mal demasiadas jugadas. Además, el lateral lanzó demasiados centros al área que no tuvieron un destinatario preciso y terminaron siendo ocasiones desaprovechadas.
En el sector izquierdo, Nahuel Banegas no pudo aportar su desequilibrio y velocidad. El ex Central Córdoba intentó lanzarse al ataque en más de una ocasión, pero sin éxito, debido a que Brown se refugió en su campo, sin dejar espacios al contragolpe. Así, lograron contenerlo y no tuvo ocasiones de peligro. Tal fue así que en todo el partido no llegó a rematar al arco rival.
Tampoco los cambios supieron darle las respuestas necesarias para encontrar la llave del gol. Ni Leonardo Monje ni Agustín Prokop pudieron hacer la diferencia en la mitad de la cancha, mientras que Gonzalo Rodríguez, Nicolás Moreno y Mateo Acosta -quien conformó un doble “9” con Arias- no pudieron inquietar a Brown. Es más, se amoldaron al equipo que no encontraba los caminos para lastimar a su rival.
Como puntos a destacar, se debe mencionar las actuaciones de Tiago Peñalba y Guillermo Ferracuti. En primer lugar, el juvenil sigue demostrando un gran nivel desempeñándose como zaguero central, y se presenta como una pieza a seguir de cerca por Flores. Mientras que el ex Deportivo Maipú sigue destacándose por su firmeza en la marca y cada vez empieza a sentirse con mayor confianza para atacar.
Pese a todo esto, San Martín tiene la misión de terminar de consolidar una idea de juego. La falta de profundidad y la generación de ocasiones son los aspectos que deberá corregir Flores para seguir prendido en la parte alta. Pero, sobre todo, generar una regularidad en el juego es el gran desafío que tendrá el DT.